El uso del término "Afro-Dominicano" en el vocabulario popular Quisqueyano ha brillado por su ausencia ya que el patrimonio africano dentro de sus costumbres siempre se ha negado. En cambio se ha adoptado una identificación de cultura y tradición a imagen europea o española. Esta extraordinaria habilidad de negar las influencias africanas reflejadas en aspectos de la vida cotidiana dominicana como en la fisonomía de su gente, su variada gastronomia, y las muchas leyendas de folklore, se enfatiza aún con mas claridad en la tradición musical del país. Varios individuos prominentes en el campo de la música criolla como el maestro Rafael Solano (Ahora!, No. 632.1975) y el compositor Luis Alberti. (Ahora! No.633.1975) han declarado que el merengue no tiene ninguna influencia africana en sus elementos percusivos y rítmicos, negando así el aporte directo transatlántico del África esclavo, o por injerto haitiano. A pesar de su rechazo,esta tradición afro-dominicana donde elementos africanos se funden con componentes dominicanos ha sobrevivido en segmentos aislados del pais. En el sur encontramos a Villa Mella, La Romana, Barahona, y San Pedro de Macorís. En las provincias del norte se hallan San Francisco, Samaná, Sabana Grande de Boyá y Villa Altagracia (Ahora! No.594.1975).
A continuación se documentan algunas costumbres dominicanas en el área de la música, el baile y el uso de instrumentos musicales que muestran sin duda origen africano.
Según el notable folklorista dominicano Fradique Lizardo la expresión africana que mas sobresale en la cultura dominicana se expresa en la música de Palos o Atabales, también llamada Bambula o Quiyombo (Ahora! No.630 1975). Esta tradición musical, mas notable en el área de Villa Mella (sección cercana a la capital) usa en sus ritos religiosos y celebraciones seculares instrumentos mayormente de percusión. Entre ellos sobresale un variado número de tambores.
Estos instrumentos clasificados como membranófonos tubulares y cilíndricos son de un solo parche o cuero, y se tocan en juegos de dos o tres. Estos tambores se diferencian en varios tipos según la construción de la atadura de su parche (clavado, atado, etc). Además se construyen de diferentes tamaños utilizando maderas blandas o fáciles de ahuecar, aunque en algunas ocasiones se usan troncos ya huecos por pájaros carpinteros o por termitas. Esta familia de instrumentos de percusión son muy semejantes a la tambora brasileña usada en ceremonias de macumba y a la tumbadora de Cuba (Ahora! No. 736.1975).
Otros instrumentos derivados de la influencia africana hoy común en estas área es la Maraca Ocoeña. Este instrumento consiste de un palo ahuecado de aproximadamente 54 cm. de largo. En este cilindro hueco se encuentran un sinnúmero de palitos que atraviesan de lado a lado el hueco del mismo. El sonido de la Maraca Ocoeña se produce al chocar las semillas de cigarrón con los palitos y las paredes de la maraca. Este tipo de maraca todavia se usan en el Africa y en partes de Brasil.
El Yom o maraca doble de metal es muy popular en la música de carnavales campesinos. Esta celebracion comunal llamada Gagá en la República Dominicana fue trasladada al pais via Haití. El nombre auténtico del carnaval haitiano es Ra-Rá y toma lugar antes de la cuaresma. Tradicionalmente este carnaval desfila en las calles y a la vez van reclutando de pueblo en pueblo bandas de músicos, bailarines y otros grupos de espectadores que se unen a la celebración. Estas bandas rurales tocan un tipo de "trompeta" de un solo tono hecha de bambú. Su tamaño es de aproximadamente cuatro pies y produce un sonido de contrabajo de un solo tono. Estas vaccines como se le llaman en Haiti, al combinarse con otras a un ritmo complementario, producen un efecto de sinfónica. La otra maraca mas común es la Maraca Simple: este instrumento hecho de metal es similar al tipo usada en la música de origen afro que se toca en Haití, Cuba, Trinidad y Brasil.
El único instrumento de tipo cordófono (instrumento de cuerdas) procedente del Africa y de origen pigmeo es la Gayumba. Este instrumento se construye sobre un hoyo en el suelo que le sirve de caja resonante. El hoyo es cubierto con una yagua asegurada en tierra con palitos. La sección principal de la Gayumba consiste en un pedazo de rama de árbol atada a un tronco. Esta rama lleva atada la cuerda del instrumento al otro extremo la cual se hace pasar por un agujero perforado en la yagua. La Gayumba se encuentra en todo el sur y parte de este.
Este género musical de los Palos complementado por sus danzas y
bailes rituales eran tan común en décadas atrás que
según la opinión de Fradique "debe ser considerado
como el verdadero baile folklórico dominicano ya que es el baile
mas extendido en la cultura dominicana
" (Ahora! No. 630.1975).
Esta tradición de baile incorpora muchos elementos africanos como
el de imitar en sus coreografia movimientos de animales, ejemplos de estos
son el baile del avestruz, el de la jirafa, el de la jaiba y el del chivo.
En África esta práctica coreográfica es tan común que su influencia a penetrado y forjado aún hoy día, los diseños de danzas y bailes modernos y sigue siendo fuente de creación para artistas de la música popular de hoy: baile del mono, baile del perrito, baile del maco.
Otra forma Neo-Africana que existe en el área de Villa Mella es la música de Congos del Espíritu Santo. Esta música asociada con la secta afrocristiana es altamente africana en sus características. Los instrumentos son también tambores que se le dan el mismo nombre de congos. Comúnmente estos tambores son de diferente tamaños, uno mayor que el otro. Este pequeño también es llamado Alcahuete, dado que toca la delantera. El resto de instrumentos que acompañan la comparsa son maracas y canoas (instrumento parecido a la clave). La música de Congos se toca en funciones religiosas y seculares y ha mantenido característica de la música cantada africana como la alternancia de un coro y solista en forma responsorial.
Otros tipos de cantos con elementos en forma responsorial son los cantos de trabajo también conocidos como "Cantos de Hacha" o "Cantos de Siembra". Estos estan caracterizados en su mayoria por tener dos solistas (un hombre y una mujer) a los que responde un coro haciendo entre ambos combinaciones melódicas y rítmicas. En las respuestas que dan los coros al solista, se encuentran rasgos africanos como son fonemas usados en ese continente: oijó, ajá ombe, omba, bonyé, etc. He aquí un canto de Siembra tipico:
Camino del río
ojó
yo te conocí
ojó
y desde ese día
ojó
no puedo vivir.....
(varias estrofas mas adelante)
Se acabó la siembra
ojó
la siembra acabó
ojó
que nazcan los granos
ojó
con la gracia de Dió
ojó
De paso, es pertinente mencionar que estos cantos de hacha o siembra se practican en ocasiones de trabajo colectivo de campo. Se usan durante la siembra, la cosecha, también para talar o durante la construción de una casa. Este tipo de actividad comunal se le llama "juntas" o "convites".y tienen una extensa raíz africana.
Hasta aquí se han documentado costumbres que dentro del género musical dominicano claramente indican origen africano. Sin embargo es prudente preguntarnos ¿Hasta qué punto este folklore derivado de la cultura negra puede considerarse dominicano?. Como hemos mencionado antes, estas contribuciones africanas fundidas en costumbres que consideramos criollas no han sido reconocidas como identidad propia nacional. Sin embargo, durante las últimas dos décadas, la conciencia dominicana ha estado cuestionando su identidad criolla gracias a los esfuerzos de grupos como Convite. Este grupo mayormente integrado por músicos intelectuales, sociólogos, antropólogos, etnenomusicólogos y miembros del movimiento dominicano de Nueva Canción aportó al pais durante la época de los 70s, su mas grande contribución al retar a la conciencia dominicana a un confrontamiento directo con su herencia africana.
El tema fue dialogado por uno de su portavoces, el sociólogo dominicano Dagoberto Tejada en dos conferencias. La primera occurrió en 1976 bajo el título "Origen y Evolución del Merengue" siendo seguida dos años después por "Encuentro con el Merengue" (Pacini-Hernández 1995). Basados en estudios de investigación extensa sobre las raíces folklóricas dominicanas, Convite elevó a un nivel nacional el reconocimiento y la importancia de la aportación africana a la cultura dominicana.
El colectivo dominicano nunca dió a luz un movimiento que realce y celebre la contribución africana y que a la misma vez exhiba con orgullo los aspectos y costumbres de origen africano (movimiento de Negritud), como han surgido en otros países del caribe y de las Americas tales como Cuba, Puerto Rico, Haití, Jamaica ,Trinidad , los Estados Unidos y el Brasil.
Sin embargo, no cabe dudas que hoy la conciencia dominicana en su búsqueda de identidad nacional esta redefiniendo su caracter étnico a la luz de estudios científicos, intercambios culturales importados por la diáspora dominicana del norte, y contribuciones artísticas como las del compositor y poeta Juan Luis Guerra .
Este contemporáneo de la música popular dominicana al junto de otros ya mencionados, seguirán retando la establecida imagen dominicana a reevaluar su posición tradicional frente a sus raices y herencia africana.
Jose Radhamés Veras
Rochester , NY.